lunes, diciembre 17, 2007





En cada nochebuena se celebra la tradición más universal del mundo. Su sola mención llena de emoción y alegría a los niños, días de fiesta y gratos momentos en los jóvenes, así como placenteras añoranzas y la esperanza del reencuentro con los familiares o amigos, en los mayores.

Llega la Navidad y el comienzo de un nuevo año, se acerca. Diciembre se convierte en el mes más festivo en cada país, en cada ciudad y en cada pueblo. Todos se visten de fiesta. Las luces de colores se encienden, un gran árbol de navidad los identifica, los pesebres vivientes y petrificados se representan a sus pies, y cada habitante renueva sus esperanzas a la espera del nuevo año.
Una historia, una verdad…
La verdadera celebración de la Navidad se realiza con el objetivo de conmemorar el nacimiento de Jesucristo en Belén, según los evangelios de San Mateo y San Lucas. Es la fiesta más importante del año eclesiástico cristiano, después de Pascuas.
Esta fecha fue oficialmente reconocida en el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio de Nacianceno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad de Jesús. De esta manera seguía la política de la iglesia primitiva de absorber en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera.


La Navidad que hoy se celebra, es una creación del siglo XIX. El árbol de navidad, de origen germano, se extendió por otras áreas de Europa y América. En cuanto a las tarjetas navideñas no empezaron a utilizarse hasta la década de 1870, aunque la primera de ellas se imprimió en Londres en 1846. La familiar imagen de Santa Claus, con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes, es una invención estadounidense de estos años, aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda en parte de san Nicolás y una jovial figura medieval, el espíritu de navidad. En Rusia lleva tradicionalmente un cochinillo rosa bajo el brazo.
Actualmente, el festejo de la navidad es una fiesta más profana que religiosa. Es un período en que se realiza una gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones con amigos y familiares.
En Occidente se celebra la Misa del gallo en iglesias y catedrales. En los países de América Latina, de arraigada tradición católica, se celebra especialmente la Nochebuena (24 de diciembre) con una cena familiar para la que se elaboran una diversidad de platos, postres y bebidas tradicionales. También se acostumbra asistir a la Misa del gallo y celebrar con cohetes y fuegos artificiales.
En México, la Nochebuena constituye la culminación de una celebración que dura nueve días a la que se llama “las posadas”. Éstas empiezan el 16 de diciembre y conmemoran el viaje de María y José en su búsqueda de alojamiento antes del nacimiento de Jesús. El número nueve también alude a los nueve meses de embarazo de María. Parte esencial de la fiesta es pedir posada mediante unos cantos en los que unos asistentes solicitan el favor de ser recibidos y otros responden, primero negándose, y al final concediéndolo, con lo que todos estallan en júbilo por el feliz final de la travesía de los peregrinos. Otro elemento fundamental es la piñata que, junto con el canto de la letanía, los juegos tradicionales, los dulces y las bebidas propias de la época aglutinan las enseñanzas introducidas por los evangelizadores en la Nueva España en la segunda mitad del siglo XVI. El origen de las posadas parece hallarse en el convento de San Agustín de Acolman, en donde los monjes agustinos aprovechaban la coincidencia de las fechas cristianas y las de los ritos de los aztecas, quienes festejaban el nacimiento de su máxima deidad, el dios Huitzilopochtli.
http://www.viajeros.com/article116.html

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